Como el de todo “homeschooler” nuestro día a día nunca transcurre igual. Mantenemos cierta rutina pero todo marcha en función de la hora a la que nos levantemos, de momento aún no utilizamos el despertador, damos por hecho que si Ariam se despierta un día más tarde es porque su cuerpo lo necesita, así que un día nos levantamos a las 9 y otro a las 11.
Cuando Ariam se despierta viene a nuestra cama y allí pasamos un largo rato hasta que conseguimos abrir los ojos por completo. Nos hacemos los primeros mimos del día, nos explica todo lo que viene a su cabecita recién despierta, nos hacemos cosquillas, jugamos a escondernos bajo las sábanas, muchos días viene preparado con un libro para que se lo expliquemos aunque aún no consigamos ver ni la portada, y a continuación el desayuno.
La primera hora después de levantarnos la dedicamos a “lo que apetezca en ese momento”. Ariam ve algunos dibujos (no cada día), juega un rato, mira algún libro, etc… los primeros momentos del día suele escoger actividades bastante relajadas. Depende de lo que escoja el yo aprovecho para leer y enviar correos y recoger algunas cosas por casa. El resto del tiempo hasta la hora de comer lo dedicamos a la parte “intelectual” de la escuela en casa.
A la hora de comer llega Javi, comemos los tres juntos y por la tarde Javi se va un rato a dar clases de karate. Dos días a la semana Ariam hace música y al salir de la escuela de música pasamos por la biblioteca a cargar la bolsa de los libros que veremos durante toda la semana. A Ariam le encantan los libros, así que aprovechamos eso para rodearnos de ellos.
Los días que no hace música dedicamos las tardes a ver al resto de la familia, tios/as, primas y abuelos/as y alguna tarde quedamos con alguna familia homeschooler. A veces simplemente nos quedamos en casa.
Cuando Javi llega del gimnasio es la hora de preparar la cena, del baño y de los últimos juegos del día. Antes de dormir que no falte el cuento, mas mimos, mas cosquillas y mas juegos en la cama (un ritual que tiene el y su padre cada noche). Alrededor de las 10 ya está en su primer sueño. Javi y yo aprovechamos un rato para nosotros y como el madruga cuando se va a dormir yo aún me quedo normalmente hasta las 2 de la madrugada trabajando, leyendo, buscando información, preparando actividades y todo eso que ya sabéis, que os voy a contar. Los fines de semana son totalmente diferentes.
Dentro de este día a día los aprendizajes fluyen naturalmente, cada día una aventura que nunca sabemos cómo acabará, nunca sabemos lo que vamos a prender ese día porque todo depende de las preguntas que surjan en cada momento. De momento con tres años no nos planteamos estructurar ningún currículum, hay tanto que aprender a todas horas y en todas partes que cualquier currículum se quedaría corto ante el millón de preguntas diarias a las que buscar respuesta.
En las próximas entradas iré explicando todas las actividades que completan el día.
Cuando Ariam se despierta viene a nuestra cama y allí pasamos un largo rato hasta que conseguimos abrir los ojos por completo. Nos hacemos los primeros mimos del día, nos explica todo lo que viene a su cabecita recién despierta, nos hacemos cosquillas, jugamos a escondernos bajo las sábanas, muchos días viene preparado con un libro para que se lo expliquemos aunque aún no consigamos ver ni la portada, y a continuación el desayuno.
La primera hora después de levantarnos la dedicamos a “lo que apetezca en ese momento”. Ariam ve algunos dibujos (no cada día), juega un rato, mira algún libro, etc… los primeros momentos del día suele escoger actividades bastante relajadas. Depende de lo que escoja el yo aprovecho para leer y enviar correos y recoger algunas cosas por casa. El resto del tiempo hasta la hora de comer lo dedicamos a la parte “intelectual” de la escuela en casa.
A la hora de comer llega Javi, comemos los tres juntos y por la tarde Javi se va un rato a dar clases de karate. Dos días a la semana Ariam hace música y al salir de la escuela de música pasamos por la biblioteca a cargar la bolsa de los libros que veremos durante toda la semana. A Ariam le encantan los libros, así que aprovechamos eso para rodearnos de ellos.
Los días que no hace música dedicamos las tardes a ver al resto de la familia, tios/as, primas y abuelos/as y alguna tarde quedamos con alguna familia homeschooler. A veces simplemente nos quedamos en casa.
Cuando Javi llega del gimnasio es la hora de preparar la cena, del baño y de los últimos juegos del día. Antes de dormir que no falte el cuento, mas mimos, mas cosquillas y mas juegos en la cama (un ritual que tiene el y su padre cada noche). Alrededor de las 10 ya está en su primer sueño. Javi y yo aprovechamos un rato para nosotros y como el madruga cuando se va a dormir yo aún me quedo normalmente hasta las 2 de la madrugada trabajando, leyendo, buscando información, preparando actividades y todo eso que ya sabéis, que os voy a contar. Los fines de semana son totalmente diferentes.
Dentro de este día a día los aprendizajes fluyen naturalmente, cada día una aventura que nunca sabemos cómo acabará, nunca sabemos lo que vamos a prender ese día porque todo depende de las preguntas que surjan en cada momento. De momento con tres años no nos planteamos estructurar ningún currículum, hay tanto que aprender a todas horas y en todas partes que cualquier currículum se quedaría corto ante el millón de preguntas diarias a las que buscar respuesta.
En las próximas entradas iré explicando todas las actividades que completan el día.
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